Un cinco de diciembre, cuando escribo, sería indecoroso no dedicarle unas palabras a la santa Constitución, paráfrasis de la santa Transición que inventase Umbral. Pues mira tú por dónde, me da como la sensación, de que la ‘Contitusión’ (Alfonso Guerra dixit) es mucho menos santa que la Transición. En efecto, al primer tapón, zurrapa. “Todos los españoles somos iguales ante la Ley”; y a la media vuelta, hay uno que está por encima de todos: el rey y su inimputabilidad. ¡Pero qué dice usted, señor legislador! Ya con eso, es imposible ir a ninguna parte. No conforme con lo cual, va y nos dice que el voto de los nacionalistas, o sea, independentistas (son lo mismo), vale mucho más que el mío. ¡Tu tía la del pueblo! Todo eso, después de haber dicho, pomposamente, lo de la “indisolubilidad de la Nación Española”. Toma ya coherencia. Gracias a la “constitucionalidad” de los partidos separatistas, el tal Puigdemont, al que quiere visitar de rodillas Pedro Sánchez, proclamó durante unos s...
Artículos de opinión publicados por Agapito Gómez Villa