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Mostrando entradas de 2014

El discurso de la reina

  Al discurso navideño del rey le pasa lo mismo que a los programas de variedades que esa misma noche y similares nos echan por los miles de cadenas televisoras: que están grabados y bien cocinados con exagerada antelación, que por los sudores de algunos artistas, parecen hechos en pleno verano. Sólo así se explica que uno de estos años pasados viéramos a la ínclita Isabel, qué Isabel va a ser, moviendo la bata de cola en diez o doce canales a la misma hora. Ustedes perdonen, pero dada la situación actual de la cantaora (lo de tonadillera me parece una humillación, propia del analfabetismo de periodistas analfabetos), no puedo dejar de escribir eso tan bonito: “Sit transit gloria mundi”. Tres cuartos de lo mismo podríamos decir sobre el jurásico Raphael, siempre con su “Pequeño tamborilero” a cuestas, que creyéramos de su exclusiva propiedad, y resulta que se trata de un villancico que ya cantasen en su día, siglos ha, figuras como Frank Sinatra y Bob Dylan: “Little drummer bo...

Mi adorado Joaquín

                                  MI ADORADO JOAQUÍN                                    Agapito Gómez Villa      Conocedores mis epígonos de la veneración que profeso a Joaquín Sabina, más de uno se preguntará que cómo es posible que me atreva a bromear sobre el ‘concierto interruptus’ del otro día, cuando, según sus propias y deslenguadas palabras, le dio ‘un Pastora Soler’, por lo cual hubo de abandonar las tablas antes de lo previsto. La razón es muy sencilla: porque él, tan dado a la chanza, habría sido el primero en lanzar alguno de sus dardos, más jocosos que envenenados, de haberle sucedido a otro: Plácido Domingo, un suponer, al que, e...

Los sueldos transparentes

  ¿Hay algo más importante que la salud? Nada, absolutamente nada. Ni tan siquiera el gordo de la lotería. Creo que en eso estamos todos de acuerdo. ¿O no? Dicho lo cual, estaremos de acuerdo, asimismo, en que no hay profesión más trascendente que la de aquellos que se dedican al cuidado de la salud del prójimo. Algo tiene que tener el agua cuando la bendicen: los griegos, que llevaron la cultura a las más altas cumbres imaginables, al único humano que elevaron a la categoría de dios, ahí es nada, fue a un médico: Asclepio (Esculapio para los romanos). Con un par. Y mira que tenían donde elegir: filósofos, poetas, matemáticos, físicos, arquitectos, astrónomos, escultores, atletas, etc. Pues nada, un médico.      Digo todo esto porque, a raíz de la publicación de la “ley de la transparencia” de la función pública, un periódico ha formado un equipo ‘futbolístico’ con los once señores mejor pagados (los once “galácticos”), y hete aquí que entre ellos no encu...

La bella y los bestias

     Fue precisamente una escena presenciada en Valladolid, hará como diez años, lo que me dio pie para una columna sobre el asunto que ha ocupado/copado casi en exclusiva la información deportiva, manda webs, en la presente semana, que yo siempre había creído que la información deportiva era para hablar de deportes: el comportamiento de cierta basura humana, aledaña al mundo del fútbol, que tiene como penúltimo colofón la muerte de un hincha del Dépor (por cierto, Arsenio, aquel viejo entrenador, dijo que estaba hasta los mismísimos de tanto Dépor, cuando siempre se le había llamado el Coruña), a manos de sus homónimos (léase primates) del Atlético de Madrid, que lo arrojaron al río después de haberlo matado a palos. “Puta Valladolid, puta Pucela”, iban recitando a modo de letanía, tres individuos y una individua, por una de las céntricas y gélidas calles de la ciudad, ataviados que iban con aperos del Barça, equipo visitante aquella tarde. La pinta del personal...

El disgusto de los médicos

    No se pueden imaginar ustedes el disgusto que tenemos los médicos con la dimisión de la ministra de sanidad, la doctora Mato, perdón, la señora Mato. No es para menos: el ministro/a de la cosa es nuestro faro, nuestra luz, nuestra guía, nuestro todo. Fíjense si es determinante su misión/dimisión, que cada comunidad autónoma tiene su calendario de vacunaciones. Compréndanlo: un niño de Navarra no se acatarra igual que un niño de Extremadura. Y no digamos los niños de Cataluña y el País Vasco con el “hecho diferencial” de partida. Treinta y tantos años de régimen autonómico acaban produciendo todo tipo de diferencias, incluso biológicas. A las vacunas me remito.   Pero yo no quería hablarles de vacunas. Ni tan siquiera de la causa de la destitución de la ministra: el lucro ‘gurteliano’ inconsciente o como se diga eso, de lo cual estoy tan seguro como Agapito que me llamo: no es que doña Ana no viera en el garaje el Jaguar que los Gürtel le regalaron a su mar...

La marquesa del Alba

   Convulsa anda la actualidad: se amontonan y se empujan los acontecimientos ‘comentables’, de modo y manera que no sabe uno por dónde tirar. Anteayer mismo, le dan solemne sepultura a una señora muy famosa en la muy bella ciudad de Sevilla; el mismo día que entra en prisión una afamada cantaora; la misma fecha en la que es repatriada una doctora procedente de país africano, que se pinchó accidentalmente con una aguja contaminada de ébola, que ni pensar quiero qué hubiera pasado si llega a coincidir con el sacrificio de Excálibur; justo al tiempo que entra en ebullición el asunto del adolescente Errejón, perdón, el profesor Errejón, uno de los iconos de ‘Podremos’, cogido que ha sido con las manos en la masa, o sea, cobrando una sustanciosa beca sin pasar por la tahona; coincidiendo asimismo con la querella a un político secesionista; aderezado todo lo cual con la ola expansiva de los viajes “tipo Monago” (así lo dijo un parlamentario), que ha tenido más suerte que un aho...

La sonda Rosetta y el señor Monago

    Me ocurre cada cosa. Una noche de insomnio lisboeta, como se me hubiera olvidado mi libro de cabecera de viajes, me levanto medio sonámbulo y me dirijo a la humilde biblioteca del decente hotelito. Y mira por dónde, qué casualidad –el azar, siempre el azar- me encuentro con una joya que me tuvo como a don Quijote toda la noche, tal era/es mi fascinación por el   tema: “El quinto milagro”, de Paul Davies, un físico que ha dedicado su vida a buscar/estudiar el origen de la vida, que de eso trata el libro: de uno de los dos eventos más asombrosos que ha dado el universo, la biogénesis, o sea, cómo se formó la vida (el otro es, claro, el origen del universo, propiamente). En suma: de cómo la materia inorgánica, muerta, pudo organizarse y dar lugar a un ser vivo, todo lo elemental que ustedes quieran, pero cuya complejidad es hoy por hoy inextricable: “los científicos siguen sin poder señalar con su dedo qué es exactamente lo que separa a un ser vivo de otros tipo...

Noticias de África

                                 Hoy, tenía pensado hablarles de la curación de Teresa Romero, rescatada in extremis del brocal de una muerte africana, y ya de camino congratularme con ella de sus palabras al salir del hospital: “Tenemos la mejor sanidad del mundo”, que se conoce que la mujer me ha leído en internet en los interminables días de agonía, que significa sufrimiento en griego, pues que eso mismo vengo yo diciendo hace siglos: si no la mejor, tenemos una sanidad de las mejores del mundo, vive Dios, gracias al sistema MIR, ese prodigioso invento que propicia que cada día España tenga mejores médicos (no me olvido de la enfermería, claro), que es lo único importante. Parafraseando a Arquímedes: “Dame médicos bien formados y moveré el mundo”. Que el titular del ministerio sea Celia Villalobos, la del caldito de huesos de vaca...

Exclusión social

                                       EXCLUSIÓN SOCIAL                                Agapito Gómez Villa       Asustado estaba el gobierno ante la inminente publicación, que al final salió la semana en curso, del informe de Cáritas, mi ONG de cabecera, dicho sea de paso, sobre la ingente cantidad de españoles que se encuentran en “riesgo de exclusión social”, que leído así de seguido cualquiera diría que hace cuatro días éramos la décima potencia económica del mundo. Aceptemos que hayamos descendido algún puesto en la lista de casi 200 países reconocidos por la ONU. Pues bien, si España es un país con tantísimas carencias sociales como dicen...

Amemos a los ricos

     Felizmente desaparecido el Ébola del primer plano de la actualidad, vuelve a brillar de modo esplendente el asunto de la corrupción. Pero yo no quería hablarles de eso, sino de un aspecto tangencial a la misma. Vengo observando que, a raíz del lío de las tarjetas negras y todo eso, se ha desatado una cierta animadversión social contra los multimillonarios, personalizada en dos señores, mayormente: Rodrigo Rato y el otro. Y yo, la verdad, no sé a cuento de qué, si esa pobre gente lo único que aportan son ventajas. Que sí, que los tarjeteros han sido unos “sinvergüenzones”, tal que hubiese dicho Francisco Franco, según recoge Pániker, de boca del ministro Ullastres, pero eso no es razón suficiente para extrapolar la inquina/envidia a todos los ricos. Vamos, digo yo.     Se lo dije aquella vez a mi amigo José Antonio, paseando que estábamos por el puerto de Puerto Banús, a la vista de tan numerosos como imponentes barcos allí atracados (de atr...

El Terrible

   No recuerdo ni cómo ni cuándo apareció, ni lo anduve preguntando, sólo sé que al regresar a casa unas vacaciones de Navidad, allí estaba tras la puerta, recibiéndome cariñoso, como uno más de la familia, no conociéndome de nada. Mi padre, que siempre se diera buena maña para poner motes perdurables a los niños de la vecindad (el Serrano, el Cazo, el Remolino), así como a los animales de carga domésticos (el burro o el mulo, de ahí no pasábamos), lo había bautizado como el Terrible, por su aspecto tan fiero: no alcanzaba ni una cuarta de altura y era además blanquito, alegre y juguetón. Como Platero, pero en perro.   Dos años escasos llevaría el Terrible alegrándonos la vida con su sonrisa permanente, mayormente a mi hermano el pequeño (sus vidas eran cuasi paralelas), cuando un mal día comenzáronle a brotar una feas calvas en el pelo, que le dieran pinta de enfermo, que hasta triste lo veíamos. A la vista de lo cual, mi padre, temeroso de que el animalito nos pu...

Congreso en el País Vasco

Dejando atrás la gran tempestad sociomediática del ébola (fuera de casa, uno parece menos vulnerable a la insensata vorágine de los medios), me vengo a Bilbao, la ciudad agradable, congreso de la sociedad española de medicina general. Multitudinario por naturaleza (somos más que los de Egipto), el evento comienza siempre con una conferencia, a cargo de alguna personalidad relevante, y vive Dios que este año lo ha sido (cómo se le ocurriría llevar al congreso de Santander, 2013, a Pepe Oneto: qué vergüenza pasé). Este año, sí que sí. Esta vez, abría plaza un diestro de primera: Pedro Miguel Echenique, catedrático de física de la materia condensada, Universidad del País Vasco. El currículum del señor no puede ser más impresionante: con decir que tiene en su haber el Nobel del mundo hispano, está todo dicho: el Príncipe de Asturias. Su intervención fue de una brillantez extraordinaria, pues que el buen hombre, a su sabiduría científica, une una envidiable ...

De sabios y tarjeteros

    Con la milagrosa asistencia de Stephen Hawking, el último gran genio de la ciencia, no ha muchos días se ha celebrado en Las Canarias un congreso mundial sobre astrofísica. La noticia me hizo pensar de inmediato en la gran suerte que tienen los estudiantes de ahora. No como yo, que me pasé media vida con la pena de que todas los grandes talentos que en el mundo han sido, lo fueron en el pasado: Eratóstenes, Arquímedes, Fidias, Galileo, Leonardo, Miguel Ángel, Cervantes, Velázquez, Newton, Goya, Cajal y por ahí seguido. Media vida, ya digo, hasta que me enteré de que Einstein, la más grande inteligencia que vieran los siglos, había sido mi coetáneo durante cuatro años (perdón, don Camilo, ya sé que Einstein y Quevedo no son magnitudes comparables, pero yo me quedo con don Alberto). Idólatra   irredento de los grandes talentos, no saben ustedes lo contento que me puse: ya estaba bien de que todos los portentos fuesen antepasados.     Lo dicho para Eins...

Nubes federales

        Un poquito de silencio, por favor. Si saliese adelante la propuesta/contrapartida del nuevo líder del PSOE, dentro de cuatro días, sin comerlo ni beberlo, el señor Monago se convertiría en el primer presidente del Estado Federal Extremeño. Una España Federal: eso es lo que ofrece para frenar la imparable deriva independentista de Cataluña (lo del soberanismo es una soplapollez periodística, que es que son como niños, los periodistas), eso es lo que ofrece, decía, el señor Sánchez, profesor universitario a la sazón, al igual que el recién emérito Pablo Iglesias, el de ‘Podremos’, que junto a Tomás Gómez, profesor de universidad, asimismo, forman la santísima trinidad político-universitaria, que me parece muy bien que estos señores dejen la universidad para dedicarse a la política, que en mis tiempos la universidad siempre fue una cosa muy seria, que le hacía yo la reverencia cada vez que pasaba a mi vera cierto profesor de la universidad de Salaman...

¡Un nuevo apocalipsis!

  La que han montado con lo de Escocia, Dios mío. ¡Un nuevo apocalipsis!, bellísima palabra, por cierto. Eso es, poco menos, lo que auguraban los agoreros de siempre, manipulados como siempre desde no sé dónde, de haber triunfado el sí. ¿Apocalipsis? Tú tía la del pueblo, dicho sea con todos los respetos a mis tías Andrea y Leandra, a las que les mando un beso. Hace cuatro días como el que dice, Yugoslavia se partió en mil pedazos. Y qué pasó: ¿fue el apocalipsis? Claro que sí: pero por una guerra atroz en la que se cometieron miles de crímenes de guerra (en las guerras, todos los crímenes son de guerra), que dejó al país sumido en la desolación y sembrado de fronteras con escopetas y pasaportes, que no sé cuántos controles hubimos de sufrir aquel día que se nos ocurrió ir a desde Dubrovnik, prodigiosamente reconstruida, a Mostar, agujereada toda de metralla. ¿Ustedes creen que hubiera pasado algo si la partición hubiera sido pacífica? Nada, absolutamente nada. Hoy, veinte años...

Pujol versus Arzalluz

    Cientos de miles, millones, cientos de millones de catalanes salieron el otro día a las calles reclamando el derecho a decidir. Qué derecho a decidir ni qué leches, lo que quieren es la independencia. Bueno, no se ponga usted así. Millones, en cualquier caso. Pocos me parecen a mí. ¿Pocos? Sí, pocos. Son tantos los años que llevan predicando el odio a todo lo español, por tierra, mar y aire (aulas, periódicos, radios, televisiones, estadios), que lo extraño es que todavía quede algún residente en Cataluña, perdón, Catalunya, que quiera seguir en España (lo de Catalunya es en recuerdo a Vázquez Montalbán, charnego catalanista). En efecto, desde que hace ya su buen tercio de siglo, la presidencia de la Generalitat cayese en manos de Jordi Pujol, éste no hizo otra cosa que preparar los caminos de la independencia, bueno, eso y hacerse millonario. O sea, que lo de lo de anteayer no se concibe sin la formidable contribución del otrora ‘molt honorable’, figura insigne, provi...

La Diada extremeña

   Hoy tocaba hablar, un suponer, del extraordinario éxito cosechado por los sucesivos gobiernos en la lucha contra la llamada violencia de género, machista mayormente, que así habría que llamarla siempre, tal que hiciera hace unos días un locutor, hablando de la muerte de una mujer de 89, a manos de su marido de 91. Un machista es lo que era el viejo. Miedo me da pensar en la ingente cantidad de mujeres que morirían de no ser por las vigorosas medidas tomadas al respecto. Sin embargo, a pesar de los múltiples “observatorios”, me da como la sensación de que, como no pongan un policía en cada casa, no va a haber forma de prevenir que un loco cualquiera mate a su compañera.   Pero también podíamos haber hablado de   la convulsión mundial que han supuesto las horrísonas muertes del par de periodistas degollados por los fanáticos del islán, y de las preguntas que me vienen a la cabeza cada vez que sale a relucir el asunto, a saber: ¿hay mucha diferencia entre cort...

La gran decisión

   No confundir con “La gran evasión”, mítica y trepidante y apasionante película de hace un siglo, medio por lo menos, en la que trabajaba (así se decía en mis antaños) el gran Richard Attenborough, recién muerto a los noventa. Me refiero a la desgarradora decisión semanal del tema a tratar en esta columna. Digo ‘desgarradora’ porque, siendo mucha la mies, no hay más remedio que decidirse por uno, en detrimento de los demás. Hay semanas, empero, en que la cosa está clara desde un principio. En efecto, eso es lo que me ha pasado en la presente, en cuanto saltó la impactante noticia. Me refiero, claro es, a la inmisericorde sanción impuesta a Simeone por las cariñosas collejas que le propinase al cuarto árbitro en la trepidante, apasionante, final de la Supercopa, ese pedazo de torneo, cuyo prestigio ya roza el de la Champion: ocho partidos sin poder dirigir a su equipo desde la banda, qué barbaridad. Ocho partidos por una simple “falta de compostura ante un superior”, que ...

Ríos milagro

    La primera vez que lo pensé fue aquella tarde, recién llegados a Riga, la capital de Letonia, ciudad conocida por los estudiantes de bachillerato (los del bendito bachillerato antiguo), porque en ella se suicidó Ganivet, aquel pensador y diplomático español, precursor de la movida intelectual del 98, siglo XIX, claro. Bueno, al grano, que me pierden las digresiones. Resulta que, nada más llegar, última semana de julio, nos cayó una manta de agua de padre y muy señor mío, lluvia nada infrecuente en los veranos bálticos, a juzgar por el verdor primaveral circundante. Así cualquiera, pensé, refiriéndome al anchuroso río, que divide en dos la ciudad: la París del Norte. Este río no tiene ningún mérito; para mérito, el de los ríos españoles en verano, le comenté a alguno de los compañeros de viaje. ¿Qué? Lo que te he dicho.     La primera vez fue en Riga, ya digo, pero después lo he pensado y lo pienso siempre que cruzo el Guadiana a su paso por Badaj...

Inmigrantes subsiberianos

      Como cada verano, huyendo del insoportable calor de Marraquech, cogemos carretera y manta y nos trasladamos toda la familia a nuestra bella ciudad costera y norteña, o sea, Tánger, cuyo clima, dulcificado por la mar atlántica, es una delicia. Ya no me sorprende, claro es, pero al principio me costaba trabajo hacerme a la idea de que aquellas montañas que se ven enfrente pudieran corresponder a otro continente, el sur de Europa, a España para ser más exactos. Y eso que mi padre, siendo yo niño, me lo señalaba en el mapa: mira lo cerca que están ambos continentes. Lo mismo hice yo con mis hijos y hago ahora con mis nietos: ahí enfrente tenemos dos ciudades, que de vez en cuando nos las quieren quitar los españoles, pero que son nuestras y muy nuestras desde mucho antes de que existiera la nación española: la una se llama Tarifa y la otra Almuñécar, que son esos lugares por donde se cuelan a territorio marroquí montones de muchachos europeos, subsiberiano...

Terrorismo informativo

TERRORISMO INFORMATIVO       Agapito Gómez Villa    Lo dijo el otro día uno de los que intervienen en esas  tertulias repletas de sabios (saben de todo, los jodíos), hablando que estaban del virus de moda, el Ébola, o sea: "En cuestiones de sanidad, los periodistas con frecuencia hemos hecho terrorismo informativo, sólo hay que recordar la que montamos con las vacas locas". Y con el sida, añado yo, que hubo un tiempo en que no había otra cosa que sida y más sida, todas las calles llenas de sida. Con el asunto de las vacas locas, a punto estuvieron de acabar con la cabaña vacuna del país, y con las aves carroñeras, que se vieron obligadas a volar a territorios remotos, cuando no a lanzarse sobre las vacas recién paridas, para buscarse el sustento. Con el sida, le faltó el canto de un duro para que todos terminásemos en el cementerio. El último grito de terrorismo informativo-sanitario fue el de la gripe A, pandemia que iba a asolar al género hu...

La verdad sobre el caso Pujol

    Sé que están ustedes esperando que les cuente la verdad, la auténtica, sobre las causas de la confesión de Pujol, y no esa sarta de sandeces que los sabios/s de las tertulias radiotelevisadas han vertido sobre el particular. Gracias por su confianza.    Ni investigación de la UDEF (“qué coños es la UDEF”, contestó don Jordi a una periodista), ni inspección de la agencia tributaria; ni filtración periodística, ni ocho cuartos. Lo que en realidad ha sucedido, paso a glosarlo a continuación, tal cual, y que, como en tantas ocasiones en esta vida, fue fruto del más puro azar.     A pesar de sus ochenta y cuatro, el señor Pujol no para en rama verde: siempre tiene algún acto que presidir. Pues bien, a pesar de lo cual, ya digo, una ociosa mañana que le diera por entrar en la biblioteca (una vez dijo no tenía tiempo para leer), de repente se quedó clavado y absorto en el rincón donde yacen dormidos los libros de su juventud, en uno de los ...