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Mostrando entradas de 2015

Tercio medio de la trompa

    La fecundación, o sea, la unión del óvulo y el espermatozoide, se produce en el tercio medio de la trompa, y desde allí, al cabo de unos días, el embrión así formado desciende hacia el útero, donde anida, nos dijo el profesor de tocoginecología, me acuerdo como si fuera hoy, Salamanca, años setenta, siglo XX. Por múltiples y variadas causas, en algunas mujeres, la fusión entre dichas células no llega a realizarse, con lo cual, ya tenemos a la mujer condenada a la esterilidad de por vida. Ante dicha tesitura, a alguien se le ocurrió la siguiente y genial idea: ¿Y por qué no hacemos la fecundación en el laboratorio y luego implantamos el embrión directamente en el útero? Dicho y hecho. Fecundación in vitro le llamaron. Pues bien, a esa sencilla intervención, que ha librado a miles de mujeres de una condena bíblica, un señor obispo, el de Córdoba, acaba de llamarle “aquelarre químico de laboratorio”, añadiendo a continuación que los niños tienen derecho a nacer del a...

Vamos a reflexionar

    He salido a la calle a comprar el periódico y me he encontrado la ciudad en una extraña calma: todo el mundo en silencio o hablando en susurros; los conductores manejando (así dicen los de allende los mares) con una inusitada suavidad: nada de prisas y acelerones, nada del pom-pom-pom atronador habitual; los ‘amotos’, no digamos. ¿Ha pasado algo?, pregunto al de la tienda. Es que hoy es la jornada de reflexión. ¡Ángela María¡ le respondo, muy bajito, claro. El caso es que anoche ya noté algo raro. Verán: luego de la preceptiva cena navideña, el restaurante a reventar, jodida crisis, me llevaron a rastras a uno de esos bares oscuros, de música retumbante y horrísona (menos mal que ya no hay humo: gracias, ZP, una vez más). Dile que bajen un poquito el volumen, que no hay forma de entenderse, dijo uno. Dicho y hecho, oyes. Y al instante cesó el desgañitamiento del personal todo, dando paso a conversaciones sosegadas y silenciosas. Pero hubo algo más: los miles de jóve...

En señal de agradecimiento

      Dijo el otro día Pablo Motos, ese listísimo Van Gogh de la pintura televisiva, que la gran aportación de Zapatero a la causa nacional fue la aprobación de la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. Muy importante disposición, ciertamente. Tan es así, que a partir de aquel latigazo legislativo, la mayoría de los países que llamamos civilizados fueron incorporando tan justa como necesaria norma a sus respectivos códigos. Pero con ser importante aquello, nada que ver, empero, con esto otro: la aprobación in extremis (de perdidos, al río) de la más trascendente medida de salubridad pública de los tiempos modernos, sí: la prohibición de fumar en lugares públicos. Considero de tal trascendencia la medida que, a mi entender, aquello supuso la segunda estrella Michelín para España (la primera es lo del matrimonio homosexual). Un paréntesis: Ustedes saben que dichas estrellas, lo mismo que se conceden, se pueden ‘desconceder’. Pues bien, que no se...

Hoy tocaba hablar de...

   Hoy tocaba hablar de la conferencia del clima, del cambio climático más bien, que se celebra por estos días en París. Más que nada para tranquilizar al personal, que para eso me he leído yo varias veces “La venganza de la Tierra”, magnífica obra de uno de los más conspicuos activistas (he dicho activista, no terrorista) de la cosa ecológica, un científico de prestigio universal, creador de la hipótesis Gaia: la Tierra es como un ser vivo que se autorregula. He dicho “para tranquilizar al personal”. En efecto, es que tal y como se está trasmitiendo el asunto, sobre todo cuando lo hacen los insensatos (faltos de sensatez) de siempre, ignaros de consuno, parece como si el fin del mundo estuviera a la vuelta de la esquina. Nadie podrá decir que yo he dicho que no se esté produciendo un incremento de la temperatura del planeta: los datos son incontestables. Pero de ahí a inferir una catástrofe universal, hemos hablado bastante. Si acaso, un ‘cambio de vida’ universal, pero d...

Richard Gere

  El famoso terrorista internacional, Richard Gere, perdón, perdón, activista, es que así le llamaban a los terroristas de la eta muchos periodistas, activistas, qué asco, qué repugnancia, lo que hemos tenido que tragar, activistas, el mismo vocablo que usan para calificar a los miembros más significados de una noble causa, Green Peace, un suponer, y, claro, como terrorista y activista los han hecho sinónimos, se me ha ido la pinza, les iba diciendo que el celebérrimo actor norteamericano y activista, ahora sí, de los derechos humanos, cuyo nombre ya está escrito, ha dicho nada más llegar a España: “Aplaudo a la alcaldesa de Madrid”. Los de Podemos, como se pueden imaginar, nos pusimos más contentos que unas castañuelas. Nada más y nada menos que un terrorista, perdón, activista, de la fama mundial de don Ricardo, bendiciendo a nuestra alcaldesa piloto, Manuela Carmena, o sea. Pero qué poco dura la alegría en casa del pobre. En ésas estábamos, cuando, no repuestos aún de tan...

Franco y Bertín

   Hoy viernes, cuando escribo, hace cuarenta años que murió Franco. La helada de aquel día fue de las que hacen época, o sea, histórica, que diría uno de la tele. Recuerdo que el campo de Salamanca, visto desde el autobús, era todo una sábana congelada. Etcétera.    La noche que Bertín Osborne cantó en mi pueblo (por mi pueblo, el de las Tortas del Casar, excepto Julio Iglesias y Raphael, pasaron todos, lo que se dice todos), hacía calor, aunque no demasiado. Yo, que adoro la buena música y la bellas voces, fui a ver a Bertín por no quedarme solo, porque cantar, lo que se dice cantar, el mozo nunca cantó. Etcétera.     Una vez ‘posicionados’, horror, los protagonistas en el escenario, pasemos directamente a la acción.     Desde tiempos inmemoriales es conocido mi desamor por los personajes que hablan mal (un rey que hubo, por ejemplo) y por los cantantes que cantan fatal (Bertín Osborne, un suponer). Dicho lo cual, Bertín nunca fuera...

El magma islámico

   Vaya por delante que no se me ha olvidado lo de Cela: “Cuando en un sitio huele mucho a algo, el secreto no es oler más, sino oler a otra cosa”. Pero hoy, a pesar de que no se habla de otro asunto, me resulta mentalmente imposible no escribir sobre la noche de los “fusiles largos” parisina (me dormí de madrugada con los auriculares puestos). Para empezar, imaginemos que Ortega hubiera nacido en Francia.     Si Ortega hubiese sido francés, sería considerado por sus conciudadanos como uno de los más brillantes pensadores de la historia, y por tal, tanto ayer como hoy todos los columnistas del mundo, el occidental, claro, para ilustrar sus reflexiones sobre la horrenda masacre de París, principiarían hablando de unas palabras del gran filósofo, proféticas a la postre, publicadas en 1937, en uno de los varios prólogos que hiciera para presentar en sociedad su obra más célebre, “La rebelión de las masas”, y que en su día ya fueran recogidas en estas páginas por ...

Mi libro blanco

    El profesor Marina, o sea, el sabio profesor José Antonio Marina, ante el desastre general de la enseñanza en nuestro país, acaba de poner su grano de arena (saco más bien): su libro blanco sobre la educación. En él viene a decir que un maestro malo no puede ganar lo mismo que uno bueno. Hasta ahí, no puedo estar más de acuerdo, profesor. Pero a ver quién es el guapo que le pone el cascabel al gato. Quiero decir que a ver cómo hacemos para objetivar quién es el maestro bueno, el malo y lo que es más difícil, el regular. Porque esa es la ardua cuestión. A ese respecto, la Biblia lo tiene clarísimo: los buenos al cielo y los malos al infierno. Pero, en este valle de lágrimas, ¿qué haríamos después con el prestigio de los damnificados? A mí, pareciéndome una idea acertadísima, se me antoja, empero, muy difícil de llevar al plano práctico, y por tanto, impropia de una mente tan preclara como la del profesor Marina. Dicho lo cual, ahora me toca a mí.   Yo, aunque...

De bodas y entierros

      'Pasmao', 'pasmao' me quedé, que hubiera dicho Pedro Ruiz, poniendo voz de Alfonso Guerra. En esto que iba yo el otro día escuchando la entrevista a Leopoldo Abadía, el sabio ingeniero industrial que tanto sabe de economía, el de la "Crisis Ninja" y otros desastres financieros, cuando, luego de una catarata de sentido común, va el buen hombre y me sorprende con esto: "En mi testamento tengo escrito que espero que no se le ocurra a ninguno de mis nietos (tiene cuarenta y cinco, de doce hijos) leer al final de mi funeral unas cuartillas diciendo lo bueno y lo simpático que era su abuelo". Me quedé 'pasmao', ya digo, porque dijo algo que ya tenía yo pasado por el neocórtex, a saber: que uno tampoco comulga con esas moderneces, peliculeras y foráneas. Qué va a decir un nieto de su abuelo. Eso estaría bien en el momento de darle sepultura, por ejemplo, que no me explico yo a cuento de qué los señores sacerdotes se han dejado invadi...

Televisión pública

   Los hay que no idean nada bueno. Verbigracia: que la televisión pública debiera desaparecer, y la radio, ídem de ídem. Argumentan para ello que no existen periódicos de titularidad pública, horror. Pues lo mismo para lo otro. Perdónalos señor, porque no saben lo que dicen. Quién se preocuparía entonces por ciertas personas, cuyas biografías son limpios espejos para esta sociedad huérfana de líderes donde mirarse.    Por ejemplo, Humberto Janeiro padre, el gran prócer de los Janeiro, acaba de ser intervenido de la cadera. Pues bien, ¿qué medio de comunicación nos ha tenido permanentemente informados de su evolución clínica? TVE. De no haber sido por la televisión pública, pagada por todos los españoles, Janeiros incluidos, la relevante efeméride quirúrgica habría pasado tristemente inadvertida o, en cualquier caso, con tratamiento informativo inadecuado, interesado, tergiversado, es decir, todo lo contrario del riguroso y merecido trato que TVE le ha dado. ...

Willy Toledo: el proceso

  Este país nuestro es inmisericorde con sus hijos, la verdad sea dicha. Ahí tienen ustedes, sin ir más lejos, el reciente caso de Willy Toledo, ciudadano español como usted y como yo. Va el hombre y, pantalones bajados, se lo hace en la virgen del Pilar, en el descubrimiento y conquista de América, en el día de la Hispanidad, en la monarquía y sus monarcas, y por ahí seguido, que lo ha puesto todo perdido, y lo único que ha merecido, el pobre, es la reprobación de un obispo y una carta de un guardia civil jubilado y extremeño, ajustándole las cuentas. Con lo que él hubiera dado por salir en los medios de comunicación, entre dos policías, esposas brillando en alto, dedos 2º y 3º en uve. Pues nada, ni por ésas. ¿Que qué habría conseguido? Está claro: tener al fin un argumento con el que revolverse cuando le recuerdan que en los países cuyos regímenes defiende, Cuba y por ahí, la gente es encarcelada por delitos de opinión y hasta de pensamiento: “Yo mismo fui detenido y torturado p...

Ortega, Lisboa y los futbolistas

       Diecinueve años tenía yo cuando leí por primera vez a Ortega, “El espectador”, uno de los cien títulos de aquella ‘biblioteca’ que sacó RTV, bajo los auspicios/permisos de un tal Fraga, ministro de algo, como siempre. Muerta de risa que estaba en casa de mi amigo Dámaso, me embaulé la colección entera (en casa de Landero había un solo libro; en la mía, ninguno). No me enteré de casi nada, claro, pero de entonces me quedó en el paladar de las lecturas una sensación muy agradable: era como si la prosa del filósofo hubiese sido bruñida con netol. Así era de brillante. Algo parecido a lo que pasa con la poesía moderna: suena muy bien, pero no te enteras de nada. Pues bien, entre aquello y el “Yo soy yo y mis circunstancias”, más la idolatría que le profesase Julián Marías, mi filósofo de cabecera, uno tuvo siempre a Ortega como el inmaculado paradigma de los pensadores patrios. ‘Hasta que llegó su hora’, quiero decir hasta que me topé con su biografía desme...

Del camino de Santiago

El otro día, en Pontevedra, bella ciudad, me retraté junto a Valle-Inclán ("la prosa más bella escrita en castellano hasta que llegó Umbral": Lázaro Carreter a sus alumnos) y ayer lo hice, en Padrón, a la vera del otro gran genio gallego, quién va a ser, el gran Camilo, Camilo José CelaTrulock, que así reza en la lápida granítica del cementerio de Santa María la Mayor, Iria Flavia. Lo de los retratos lo hago por ver si se me pega algo. Por aquí andamos, haciendo un cacho del Camino de Santiago, atravesando bosques de resonancias prebíblicas: de "helechos arborescentes" (no se me disgusten, que a ese respecto, Extremadura no tiene nada que envidiar a nadie). Y hablando de bosques: "simplemente contemplando una montaña o un bosque... y sienta un escalofrío, un escalofrío exactamente como el que yo siento", dice Arsuaga, lujo español de la paleontología, codirector de Atapuerca: "El collar del neandertal". Montañas, lo que se dice montañas, por ...

Ni una sola vida

        Y dijo Franco: “Gibraltar no merece la vida de un solo soldado español”. Y así fue. Lo cual me parece una cosa impresionante, viniendo de un señor al que nunca le tembló la mano a la hora de firmar sentencias de muerte, garrote y prensa, al tiempo que se tomaba un bizcocho con chocolate. Lo cuenta tal cual don Pedro Sainz Rodríguez, ministro de educación que fuera, el primero, en plena guerra, que por eso le dimitió (le dimitió por las sentencias, más que por el chocolate). Comparo lo de Gibraltar con la ristra de muertos que en pos de la independencia de su tierra han dejado los chicos de la gasolina de Arzallus -¿dónde se habrá metido semejante sinvergüenza?-, y no me salen las cuentas. Y más aún: si lo comparamos con lo de hoy en Cataluña, que se escribe con eñe, ¡como España!, llegamos a la conclusión de que aquello fue una sanguinaria locura sin sentido. Dicho lo cual, ¿qué pensará el sinvergüenza de Arzallus cuando vea que Cataluña (con eñe,...

El español

      Con muy pocas horas de diferencia, el rey Felipe y el pareja de Isabel Preysler (“soy el pareja de Fulanita”, me dijo cierto señor al llamar a casa), acaban de pronunciar sendas alocuciones en defensa del español: el uno en EEUU, el otro en Salamanca, universidad en la que don Mario acaba de ser investido doctor honoris causa. Ambos, claro es, han rayado a gran altura, sobre todo don Felipe, que mide dos metros. Sin embargo, mucho mejor les hubiera ido si hubieran leído antes el artículo que publiqué no ha muchos meses en este periódico. Ellos que se lo pierden.    “Es mezquino y provinciano hacer retroceder el español para que prospere el catalán”, ha dicho Vargas Llosa. Yo creo que se ha quedado corto, que la cosa es mucho peor. Mi tesis de ayer y de hoy es que considero un pecado de lesa humanidad lo que se está haciendo en Cataluña, perdón, Catalunya, que se entera Maruja Torres y me excomulga por facha, les decía que lo que se está perpetran...

Homo naledi

   Don Camilo, el gran Cela, o sea, no me perdonaría que dedicara mi columna de hoy a lo de Cataluña, perdón, Catalunya, que si se entera Vázquez Montalbán, tan buen cocinero como compañero de viaje del independentismo, que lo he escrito con ñ, de inmediato me incluiría entre los más acendrados fascistas: de aquellos polvos, ustedes disculpen, estos lodos. Don Camilo no me lo perdonaría, ya digo, por aquello suyo, tantas veces referido: “Cuando en un sitio huele mucho a algo, lo mejor no es oler más, sino oler distinto”. Pues eso. Y luego está lo de Ortega (nada que ver con Ortega Cano), que sin ser tan listo como Cela (es imposible), dijo una cosa, “La rebelión de las masas”, prólogo para alemanes, creo recordar, que me dejó estupefacto: “Lo de Cataluña no tiene solución”. Total, que con semejantes premisas y con la cantidad de cosas que están pasando por ahí, a otra rosa, mariposa.   He dicho prólogo para alemanes. Pues de alemanes va la cosa.   Por mucha...

El niño de la playa

     Hoy, lo lógico y natural es que hubiese dedicado esta columna a encomiar una extraordinaria noticia aparecida esta semana, a saber: que España es, otro año más, el país del mundo donde más trasplantes se realizan, casi nada, y que, asimismo, la Organización Nacional que coordina todo el sistema, a cuyo frente figura una brillantísima cabeza, el doctor Matesanz, es un ejemplo donde se mira el resto del mundo, sí, que aquí vienen a aprender los listos de fuera. “Y que todavía haya gente que proteste de la sanidad pública”, me decía el otro día el padre de un paciente al que le ha sido trasplantado ¡todo el aparato digestivo! “Los que protestan del sistema público de salud son los que tienen enfermedades leves”, le contesté. (Aprovecho de paso la ocasión para proponer a nuestros jefes regionales que a la hora de hacer las encuestas sobre el grado de satisfacción de los usuarios del SES, se hagan dos bloques: uno, para los que han tenido o tienen enfermedades grav...

Acepto ser ministro

   Qué suerte tengo. En la misma semana, la presente, han salido a escena dos personajes en los que, tiempo ha, tenía yo pensado sustentar esta columna: Montoro y Del Bosque. El ministro, con sus aguerridos presupuestos; el otro, con su controvertida lista de seleccionados. Así que me he dicho: ésta es la mía.   Es el caso que, desde tiempos inmemoriales, vengo pensando que sus respectivos oficios son los únicos que uno aceptaría con los ojos cerrados, y con la íntima convicción de que haría una decente labor, aun sin tener ni idea del particular. ¿No aceptó acaso el Che Guevara, licenciado en medicina, como yo, el nombramiento de presidente del Banco Nacional de Cuba, así como el de ministro de Industria? Por otra parte, ¿ustedes creen que yo sé menos de finanzas que Leire Pajín y Ana Mato de sanidad? En cuanto al fútbol, sólo viendo hacer el paseíllo a un futbolista, sé si es un leñador, con perdón, o tiene un dedo de frente, al menos (Guti, el jugador más talent...

El veraneo de las alcaldesas

    Quién me iba a decir a mí que a la misma hora que leía yo en el periódico que la alcaldesa de París, Anne Hidalgó (pronunciado a la francesa), nacida Ana María Hidalgo se encontraba veraneando en las playas de su Cádiz natal, a unos metros de mí, playas de Zahara de los Atunes, tomaba el sol otra alcaldesa, la de Madrid, o sea, doña ‘Carmina’. No se me solivianten, que yo he pagado por una semana menos de la mitad que la madrileña: lo suyo, compartido con siete; lo mío, cuatro nietos y seis más. El caso es que los medios se han hecho eco del contraste vacacional entre ambas señoras: de neverita playera y bikini barato la socialista (venía el precio) y de caro chalet la comunista. Pero no era por ahí por donde yo quería tirar: a mí no me parecería mal que la alcaldesa de la capital de España haya pagado 4.000 euros por una semana, siempre que la señora no fuese por ahí envuelta en la mugrosa bandera de la demagogia. Ay, cómo me repugna esa figura: la demagogia popu...

Me pido la Antártida

“Ustedes ya me conocen. La buena cocina es muy sencilla: buenas viandas y el punto justo para que las cosas sepan como tienen que saber”. ¡No, no era eso! Es que, invadidos hasta en la sopa, nunca mejor dicho, de programas sobre cocina, qué exageración, me he dejado llevar por la inercia de la memoria, y me ha salido Cándido, el celebrado mesonero segoviano que salía en la tele haciendo añicos un plato, luego de haberlo usado para romper las costillas a un tierno cochinillo, previamente horneado, claro. Lo que quería decirles es que, efectivamente, ustedes ya me conocen, y saben por tanto del gran cariño que profeso a los agoreros del cambio climático, pero lo que me está pasando últimamente no es como normal: doy una patada y encuentro petróleo. Perdonen la boutade, pero así es: raro es el día que no me topo con algún sabio dispuesto a echarme una mano. El de hoy, sin ir   más lejos. ¿Que quién es el de hoy? Déjenlo todo y síganme.    Antes de nada quiero decirles...

El paraíso en llamas

  Tenía yo pergeñada una cosa festiva, pero visto lo sucedido en la Sierra de Gata, ni yo estoy para bromas, ni ustedes entenderían que lo estuviera. Ah, y menos mal que la catástrofe me coge ya con anticuerpos contra ciertas emociones, que si no, ahora mismo estaría llorando de pena. Son más de una docena los escritos que he dedicado al particular, desde los albores de mi aparición en estas páginas, dictados siempre por el dolor, y con indignación las más de las veces. Indignación ante la posibilidad de que el fuego hubiera sido provocado por una mano criminal, tal el caso de hoy. Es tal el malestar que antaño me producía cualquier incendio forestal, que no tuve más remedio que buscar solución a sufrimiento tan estéril: yo no podía hacer nada para evitarlos. Y fue el caso que me vinieron como anillo al dedo unas declaraciones escuchadas al consejero del ramo de la Comunidad Valenciana, asolada en aquel entonces por una ola de llamas: “Los incendios son parte de la ecología de ...

De música y futbolistas

   Cito mucho a Joaquín Sabina porque, aparte de haber creado medio centenar de canciones que ya forman parte, y para siempre, del acervo cultural del anchuroso mundo hispano, desde rio Grande a la Tierra de Fuego, además de España, claro, es un tío muy listo, listísimo y con una gran cultura literaria, no en vano es licenciado en letras. Por razones parecidas, cito mucho a Umbral y a Neruda y a García Márquez, y a Borges, y a Muñoz Molina, y a Albert Einstein,... Digo esto porque hay gentes que por el hecho de que el cantante tuviese una época en la que se metía de todo (a los escritores alcohólicos, que son legión, no les riñen ni nada), le niegan por principio el pan y la sal. Ah, y también porque siempre anda jugueteando con la izquierda más izquierda; vamos, como si Alberti dejase de ser un poeta asombroso por su adscripción comunista. Pues se van a tener que comer su pan y su sal, porque cuando Sabina se muera, será elevado a lo más alto de los altares laicos. El que...